Según líderes ambientalistas, los monocultivos de aguacate y de pinos y eucaliptos en Salento, vienen causando daños irreparables a los fértiles suelos del municipio.
La dualidad entre el papel y el aguacate Hass ha hecho que se remplacen especies nativas por extensos cultivos de árboles que requieren de más agua de la habitual, lo que se convierte en una seria amenaza para la conservación de recurso hídrico de todos los quindianos.
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Los grandes beneficiados con esta situación son las multinacionales Smurfit Kappa de Estados Unidos y las agrícolas de Chile y Perú, auspiciadas por Invest In Armenia, dedicada a atraer inversión extranjera.
Según un extenso reportaje publicado por el portal Publimetro.co en julio de 2019, entre 2016 y 2018 Salento pasó de 188 a 536 hectáreas sembradas con aguacate. Tal incremento lo ubicó en el puesto número 25 entre los municipios con mayor área de aguacatales, de los 498 en los que se cosecha este producto en Colombia.
De acuerdo con el citado reportaje, los cultivos de aguacate en países como Chile y México han sido denunciados por investigadores que aseguran que están convirtiendo los suelos en desiertos. Se necesitan 2000 litros de agua para producir un kilo de aguacate Hass y la meta más próxima de Camposol es procesar 500 toneladas diarias en Quindío para su exportación, lo que requerirá de 1.000 millones de litros de agua, lo que equival a la cantidad de líquido que emplean 27 mil colombianos durante un año.
Además del alto consumo de agua, el cultivo de aguacate genera daños en la diversidad biológica y la contaminación de afluentes como el río Quindío por el uso de abonos y pesticidas.
Entre tanto los pinos y eucaliptos desde hace más de 30 años han causado afectaciones ambientales tan visibles que en las zonas donde se han hecho extensivos estos cultivos no vuelan mariposas ni se oyen cantos de aves.
Néstor Ocampo, director de la Fundación Ecológica Cosmos, denunció que además del apresurado remplazo de especies nativas por aguacate y eucalipto, también se están haciendo fumigaciones con glifosato para que nada crezca alrededor de estos árboles y otras especies no puedan consumir los nutrientes del suelo.
“Estos cultivos matan la capacidad del suelo para generar vida. La Corporación Autónoma Regional del Quindío -CRQ- ha permitido hacer lo que quieran en nuestro territorio sin sancionar por los desastres ambientales. Pareciera que esta entidad no trabaja para los quindianos sino para las multinacionales”, dice Néstor a Publimetro.co.
Están forzando el desplazamiento de los campesinos
En agosto de 2018 un campesino de Salento grabó el siguiente video en el hizo la denuncia sobre la agrícola peruana Camposol, que se adueñó de gran parte del territorio y cerraba caminos para dificultar el paso de los pobladores que aún permanecían en sus fincas:
Días más tarde, la Alcaldía del municipio publicó este otro video en el que un representante de Camposol, en reunión con el alcalde, la presidenta de la Junta de Acción Comunal de la vereda Navarco y el campesino que elevó la queja, decían que se trataba de un “mal entendimiento” y que el control se había iniciado por “problemas con algunos animales que han ingresado al predio”, pero si el cerramiento obedecía al paso de animales, ¿por qué se piden nombres y números de cédula de los campesinos para pasar por el sitio?
Entre la comunidad, y sobre todo entre los líderes defensores del territorio, quedó sembrada una gran duda: ¿por qué una empresa privada y extranjera anunciaba ejercicios de control territorial?
Para los campesinos “las multinacionales están comprando las fincas y cerrando los caminos de servidumbre. Al campesino le toca caminar mucho para salir o entrar a su finca.
Esta situación está llevando a que los pobladores de la zona rural de Salento se vean obligados a vender sus predios, dadas las dificultades que las multinacionales están causándoles. Las escuelas rurales se están quedando sin estudiantes.
Maltrato animal y explotación humana
Los caballos y las mulas son usados para sacar la madera de las zonas donde no hay carreteras. El maltrato animal hace parte de la lista de abusos por la que los ambientalistas han denunciado a Smurfit Kappa.
En otros lugares, campesinos o inmigrantes venezolanos cargan al hombro los troncos de eucaliptos y pinos hasta el punto de acopio. El Quindío, que tiene una de las tasas de desempleo más alta del país, ha visto en las multinacionales aguacateras y papeleras la posibilidad de combatir la desocupación laboral.
Pero según el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, las grandes plantaciones comerciales generan empleos directos solo durante las etapas de plantación y cosecha. Además los puestos de trabajo van disminuyendo por la mecanización de la operación. Por si fuera poco los bajos salarios y las precarias condiciones laborales son características de estas contrataciones.
“De todas las actividades capaces de generar empleo a nivel local, la actividad plantadora es probablemente la peor opción”, dice el Movimiento por los Bosques Tropicales. Y añade que la meta de las empresas forestales es producir ganancias para sus accionistas, no generar empleo. “Sin embargo, utilizan este falso argumento para justificar socialmente su emprendimiento”, asegura el documento.
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