El hecho de que Pijao sea el único municipio del continente en hacer parte de la lista de Cittaslow, o ciudad sin prisa, a la que pertenecen solo cerca de 150 ciudades en el mundo, llevó al municipio quindiano a convertirse en protagonista de extensos artículos en medios de comunicación nacionales como la Revista Diners.
La nota periodística, escrita por la periodista Claudia Milena González Bernal, con fotografías de Jhon Jairo Gallego Riaño, se denominó: ‘Pijao: Así vive el fin de año el pueblo más silencioso de Colombia’
En el texto se describe la incomparable ubicación del municipio quindiano en plena cordillera Central, y resalta que su calma es tan grande, que en todo el pueblo solo hay un ladrón, todo el mundo sabe quién es, y los mismos habitantes pagaron su tratamiento para ayudarlo a salir de su problema de adicción a las drogas.
La tranquilidad sigue siendo importante en diciembre, aunque en esta época parece permitirse algo más de ruido desde los bares y andenes a los que sacan las sillas para compartir entre vecinos.
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La fiesta de Navidad en Pijao
La Navidad en Pijao, sin embargo, queda legalizada el primero de diciembre con actividades como el concurso de la persona que más coma; la que más tome cerveza y en el que participan tanto hombres como mujeres; la carrera de encostalados y la competencia de halar jeeps entre varias personas a lo largo de dos cuadras. A la media noche, los carros tocan sus bocinas y con esto inauguran las fiestas de fin de año.
No faltan tampoco los concursos de faroles entre el 7 y 8 de diciembre, fechas en las que los vecinos se reparten natillas entre todos y suman una cantidad tal, que a cada uno le queda para comer hasta la misma Nochebuena.
También se destacan los concursos de pesebres y, para el 24 de diciembre, la gente suele viajar en familia hacia las fincas aledañas. Se podría decir que en el ‘Pijao sin prisa’ se hacen unas cuantas excepciones por la temporada y el 30 de diciembre se realizan las famosas cabalgatas de fin de año que iniciaron en 2001 con cerca de 800 caballos.
El evento se ha ido convirtiendo en el certamen de mayor afluencia en el municipio y, como parte del proceso de cultura ciudadana que se ha venido desprendiendo de la propuesta del Cittaslow, ahora los lugareños se encargan de limpiar el estiércol de los caballos, antes no se hacía y, en general, procuran manejarse con mayor mesura y tolerancia.
Un saludo al Año Nuevo sin pólvora
En cuanto al 31 de diciembre, sobre las 2:00 p.m., se lleva a cabo el concurso de comparsas con los motivos de los personajes y de los sucesos más importantes del año y más tarde, cuando la gente explota de entusiasmo por la maicenada o juego en el que se lanzan entre sí este polvo blanco, van al río a limpiarse y bañarse con jabón Rey para espantar la mala suerte, quitarse la mala energía y quedar listos para recibir bien el Año Nuevo.
Acto seguido, todos se desplazan a sus casas, preparan la cena, queman el famoso muñeco de ‘año viejo’, pero sin pólvora, pues en Pijao por años se han venido adelantado campañas de prevención de niños quemados que se suman a las normatividades del país y lograron así erradicarla.
Finalmente, la noche cierra con broche de oro en el parque principal, mientras otros tantos se lanzan a las pistas de baile de las discotecas.
Así relata la Revista Diners la magia de Pijao, y continúa explicando cómo este bello municipio llegó a la selecta lista de Cittaslow.
Agregan hechos relevantes como la grabación de la película ‘Memoria’, protagonizada por Tilda Swinton, la ganadora del premio Óscar en 2008, y quien ha participado en cintas como ‘Las Crónicas de Narnia’ y ‘Doctor Strange’. Mientras grababan muy pocos lugareños reconocieron a la famosa actriz.
En su momento la productora, Diana Bustamante, le comentó al diario El Tiempo que: “un sábado en la noche teníamos grabación en la plaza principal y todos se pusieron de acuerdo para bajar el volumen en sus casas y negocios para que nosotros grabáramos. Todos entendían y colaboraban, fue maravilloso estar aquí y tomamos café como locos”.
En otra oportunidad, cuentan, “arribó un canadiense que vino a quedarse supuestamente por poco tiempo a Pijao, luego se quedó quince días más, luego un mes, después consiguió novia, compró una finca y terminó quedándose 6 meses y cuando finalmente decidió irse, todo el mundo en el pueblo le tenía tanto aprecio que en la alcaldía le hicieron una fiesta y le dieron las llaves del pueblo”.
“Pijao es tan tranquilo -continúa- que acá la vía no la llevan los carros, sino el peatón y son los conductores los que deben estar más atentos porque acá hay muchos viejitos y niños corriendo por todas partes”.
¿Qué hacer en Pijao?
Pasearse por el parque principal en las noches es uno de los planes recomendados por Diners. A esto se suma el avistamiento de aves, las rutas para ir a ver palmas de cera y los paseos por rincones especiales como La Casa de los Recuerdos de doña Pastora Llano Riaño, una residente que decidió reconstruir las memorias de su abuelo Apolinar Llano, quien murió hace más de 38 años. La casa es una suerte de museo que narra cómo se vivía en el Eje cafetero hace unos 40 o 50 años atrás.
También se menciona el Bar de los Recuerdos en el parque principal, atendido por su propietario, Gonzalo Toro, al que cariñosamente llaman ‘Tobita’, un abuelito muy amable y lleno de historias para contar.
Su lugar también es una suerte de museo con más de 10 mil long plays y al que tampoco le cabe una sola fotografía más, porque hace años atrás, Tobita trabajó en el teatro del pueblo (actualmente abandonado), donde se desempeñaba proyectando películas que llegaban con fotografías y con las que él armaba letreros para exhibir las cintas de moda. De allí sacó material para decorar su bar, pero también de su enorme colección de la revista Somos de México y de las fotografías que también ha recibido por parte de los visitantes, además de las que él también pudiera tomar.
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