La Fiscalía halló en la URI de Valledupar una red en cabeza de 3 policías que cobraban dinero a los detenidos para permitir fiestas con licor en la sala de audiencia del claustro, además de sexo con prostitutas. Los hechos se habrían presentado entre enero y noviembre de este año.
Según el ente acusador, los externos ingresaban al lugar camuflándose bajo la imagen de abogados o reclusos. A las celdas también se permitían el ingreso de celulares.
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Una de las denuncias recogidas por El Heraldo señaló que el custodio Sergio Antonio Mendoza Chiquillo se dejó sobornar por $300 mil para permitir el traslado de un reo a otra celda para que lo torturan otros presos. Junto a Mendoza también fueron capturados Ellevis Luis Alarcón Riviera y Edwin Calderón Vargas.
Los detenidos fueron imputados por los delitos de concierto para delinquir, concusión, cohecho propio, constreñimiento a la prostitución y tortura.
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