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Columnista:
José Alejandro Guevara: Contador Público. Especialista en Gerencia Tributaria y Diplomado en Actualización Tributaria y Toma de Decisiones.
El título de este escrito no es un trabalenguas burocrático, tampoco una deferencia histórica a nuestros queridos y jamás olvidados expresidentes, recordados más por sus constantes escándalos que por sus buenas obras; ni de ubicación geográfica refiriéndonos a los cayos, causas de múltiples luchas con Nicaragua.
Desde el título y el desarrollo de estas líneas recordaremos que en Colombia nada pasa, nada pasará y se crean unos personajillos que arropados por sus jefes políticos abusan del poder, infunden miedo y enfrascan el porvenir para que el sucesor continúe con peores comportamientos, así se gobierna.
No cayó Ernesto Samper Pizano en el conocido proceso 8.000, menos esperamos de Andrés Pastrana Arango, Álvaro Uribe Vélez o de Juan Manuel Santos por sus múltiples investigaciones, algunas compartidas como el caso Odebrecht; mientras tanto hoy la “caya o cayita” Daza, de la cual nos hemos enterado no solo fungía como asesora del Doctor Uribe sino también como gestora financiera nacional e internacional de dineros sucios de la campaña Duque Presidente, tal como aparece en las grabaciones. estas sí. de origen legal.
Calla la “caya” y su silencio aún es voluntario y no definitivo o eterno como estamos acostumbrados que ocurra en nuestro país; lo primero que hizo ella fue salir corriendo, estilo Andrés Felipe Arias, Luis Carlos Restrepo o María del Pilar Hurtado, y la estrategia hasta el momento ha funcionado.
Y para recordar silencios eternos está el misterioso caso de la muerte del señor Jorge Enrique Pizano y su hijo envenenados con cianuro; caso puntual para reseñar el libro El Evangelio Según Jesucristo, de José Saramago ganador del Premio Nobel de Literatura en 1998, quien presenta una visión mundana de los hechos relativos al nazareno, extrayendo las siguientes líneas, precisas para el diario vivir en Colombia: “…
Otros movidos por el puro miedo, ya que, como sabemos, no es preciso tener culpa para ser culpable…la vida es una sentencia y la muerte una justicia…ninguna salvación es suficiente, cualquier condena es definitiva”.
Recomiendo al escritor Portugués quien cita el miedo como el mejor aliado de aquellos que en alguna situación pretenden sacar provecho, a la salvación esperada que para nosotros se simplifica en poder salvarnos algún día de los expertos saqueadores del dinero público y condena de los culpables que no ocurrirá en los casos nombrados donde se investiga a los expresidentes.
Mientras unos acusan en un desgaste a mi juicio vacío e innecesario de que aquel es paraco-derechista y los otros guerrilleros-izquierdistas, revivió en medio de la pandemia el antioqueño de rizos color castaño, quien con su tibio proceder se asoma lentamente por esa línea centro derecha y se prepara para celebrar en junio del 2022; pero en algo si tenemos unidad de criterio los colombianos, en la certeza y seguridad de que existe un oscuro pacto en las altas líneas del poder colombiano, que se arropan entre sí para jamás ser condenados, por tal motivo siempre la cabeza del ente investigador debe ser un títere o marioneta como
el actual señor Barbosa.
El famoso decir “se gobierna con los amigos”, es cierto y cualquiera lo aplicaría, pero existen amigos honestos, leales, sinceros, otros no tan honestos, desleales, mentirosos; el gran problema del presentador número uno de la televisión colombiana en la sección farándula, aprendiz de Carlos Calero, es que su amigo del alma electo Fiscal en tan solo cinco meses demostró ser un hombre falto de conocimiento por más estudio y títulos autoproclamados, nulo en gallardía y lo peor, se reveló en la última semana como un
sinvergüenza más abusador del poder.
Calla “la caya”, la investiga el amigo sinvergüenza del presentador de farándula de las seis de la tarde y los demás para aguantar el nada pasa en Colombia, queremos tener la resistencia de los habitantes de calle frente al Covid-19, quienes son inmunes a la inclemencia del medio ambiente y otros males.
Nota: Armenia, huecos en los hoyos, semáforos no funcionan, desempleo pasa el 30% cifra oficial, gran problemática social, duele Armenia.
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