El ministro de Sanidad israelí, el ultraortodoxo Yaakov Litzman, de 71 años de edad, había calificado el coronavirus como “un castigo divino contra la homosexualidad”, pero siguió asistiendo a las oraciones de grupo, a pesar de la prohibición de las reuniones.
Fue así como contrajo el virus y se lo habría contagiado a su esposa. Por fortuna ambos están estables.
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Litzman recibió numerosas críticas el mes pasado cuando confió en “el mesías” para curar el Covid-19 y promovió la celebración de la Pascua judía (Pésaj) que comienza este 8 de abril, un evento central de la vida religiosa de esta comunidad. Además se resistió en un principio a cerrar las sinagogas
Adicionalmente, el jefe de Gobierno, Benjamín Netanyahu, había entrado en cuarentena hasta el miércoles de la semana entrante al haber estado en contacto con Litzman.
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