El proyecto pretende hacerle frente al piropo o acoso callejero que padecen miles de mujeres, según se justifica; se trata de «una forma de violencia cotidiana que afecta de manera particular a las mujeres» y que «se expresa en palabras, sonidos, frases que las menoscaban, roces o contactos corporales y abuso físico».
La iniciativa es de la representante Katherine Miranda que con el apoyo de otras 14 congresistas de los partidos Liberal, Alianza Verde, La U y Cambio Radical, radicaron el proyecto de ley en el Congreso, que reglamente el piropo como un delito que se contemple en el código penal.
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Según las proponentes, se busca evitar los momentos incómodos y de persecución del que son víctimas muchas mujeres en la calle, en los medios de transporte y hasta en su trabajo o lugar de estudio.
El delito se haría presente en las siguientes situaciones
«El que, sin mediar consentimiento, acose, asedie física o verbalmente, realice exhibicionismo, tocamientos, filmaciones o cualquier otra conducta de connotación sexual inequívoca o contenido sexual explícito en espacio público o de acceso público incurrirá en prisión de 2 a 4 años siempre que la conducta no constituya por sí misma otro delito».
Así mismo incluiría otro tipo de situaciones como: «insinuaciones, proposiciones, comentarios, persecuciones, tocamientos, mensajes corporales, observaciones, soborno, masturbación, grabaciones, fotos y acercamientos físicos, donde no existe consentimiento ni reciprocidad«.
Este artículo complementaría el 210 A que ya tenía contemplado el acoso sexual así: la conducta en la que un tercero «valiéndose de su superioridad manifiesta o relaciones de autoridad o de poder, edad, sexo, posición laboral, social, familiar o económica, acose, persiga, hostigue o asedie física o verbalmente, con fines sexuales no consentidos, a otra persona”.
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