«Los problemas que generaron la desestabilización de la banca en la vía Río Verde – Pijao se originaron en la saturación del suelo, habida cuenta de la deforestación y el mal uso de suelos con cultivos de baja cobertura forestal».Así lo confirmó el estudio realizado por orden de la gobernación del Quindío y que cuyos primeros resultados fueron publicados a través de comunicado de prensa.
La consultoría planteó que la mejor solución es construir un muro de contención al lado derecho de la vía. Esta construcción del muro a lo largo de la zona crítica iría soportada sobre unos pilotes con el fin de mejorar la estabilidad final del terreno y la durabilidad de la obra, para que a futuro no se genere un colapso mayor al que ya ocurrió.
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La construcción plantea también la inclusión de canales para el manejo de las aguas, además de la implementación de un proceso de bioingeniería en la ladera que está en medio de los dos cauces, un manejo de aguas por medio de canales y unos trinches en guadua, que ayudarían a controlar la erosión y el manejo de escorrentías de aguas que caigan directamente sobre la zona.
La construcción del muro y el proceso de bioingeniería, tienen un valor aproximado de $1.700 millones de pesos y su ejecución tardaría cerca de seis meses. Sin embargo, la obra total de intervención de la vía tiene un costo aproximado a los $14.000 millones de pesos, y para tal fin habría que proponer un proyecto a través del Sistema General de Regalías, explicó el ingeniero Marco Forero, de la secretaría de Aguas e Infraestructura.
Las malas prácticas fueron los detonantes de la desestabilización del suelo, según concluyó la consultoría Top Civil contratada por el gobierno seccional para analizar el fenómeno.
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“El paso inicial para la etapa de diseños fue realizar una topografía de la zona con equipos electrónicos de alta confiabilidad, en el que se identificaron la ladera zona arriba de la vía y la parte inferior donde se presenta actualmente un cauce que siempre ha existido y otro que se generó por el mal manejo de las aguas escorrentías y aguas subterráneas que hay en el lugar”, señaló el ingeniero.
El estudio contó con un geólogo que identificó que por el sitio pasa una falla geológica llamada Silvia – Pijao, que se convierte en una dificultad gigante porque las obras que se vayan a desarrollar no deben estar solamente fundamentados por las propiedades del suelo, sino relacionados con las fallas geológicas.
La consultoría analizó durante un mes el fenómeno que se presenta debido a la pérdida de la calzada, y que mantiene cerrado el paso hacia Pijao desde el pasado mes de abril.