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Columna escrita por: Mario Alberto Sánchez Gutiérrez
Abogado especializado en derecho administrativo. Consultor de entidades públicas y empresas privadas como el departamento de Planeación de Cali. Ha sido agente fiscal de la Gobernación del Quindío, Gerente general de Subaru-Colombia, Sei-kou S.A. y Acsel empresarial S.A., entre otros importantes cargos
Crimen organizado, despazamiento forzado, pesca milagrosa y muchos otros fenómenos que asociamos con el conflicto armado en Colombia, felizmente no hacen parte de la narrativa habitual de los quindianos y si bien, algunos municipios cordilleranos soportaron tomas e incluso la misma Armenia con el hostigamiento al batallon Cisneros en 1985 por el M-19, escuchar en este septiembre de 2020 acerca de una alerta temprana por presencia de Eln y otras organizaciones criminales, es un motivo de preocupación.
En contexto: Alerta temprana por grupos ilegales en Armenia, Pereira y Manizales, emitida por la Defensoría
Nuestro departamento durante los momentos mas complejos del conflicto, ha podido mantenerse indemne de muchas formas de violencia guerrillera y paramilitar pero curiosamente, muchos de los artífices de la insurgencia son de esta zona y solo por vía de ejemplo mencionaré a “Tirofijo”, a “Timochenko” y a Fabio Vásquez Castaño fundador precisamente del Eln.
La buena calidad de vida de los quindianos durante muchas décadas, el arraigo, el civismo y la prosperidad cafetera, sirvieron como cartafuego eficaz impidiendo el acceso de grupos violentos, en un entorno que no les permitió organizarse.
Hoy estamos contando otra historia, la corrupción en lo público y la financiación ilegal de campañas, el ostentoso arribo de turbios personajes “venidos a más” por dineros del narcotráfico o el desfalco administrativo, la crisis del café y nuestra siempre pobrísima inversion en educación, han empezado con los años a aportar ingredientes para el caldo de cultivo para el crimen organizado.
Desde hace unos cinco años, escuchábamos de los tentácuos de la Oficina de Envigado en algunos municipios como Circasia o el indudable fenómeno de microtráfico y violencia en La Tebaida, como extenciones criminales de los carteles del Valle.
¡Estamos sitiados!, geográficamente privilegiados y a la vez, estratégicamente expuestos a ser colonizados por grupos ilegales -que con mejor ojo que nosotros- entienden las ventajas de ubicación y potencialidad del departamento.
Es un momento preciso para unir fuerzas, cerrar filas ante cualquier amenaza del crimen organizado sin importar su naturaleza, porque carece de ideología salvo su amor al dinero y la sangre.
Esta alerta temprana lanzada por la Defensoría del Pueblo tiene que tener el efecto que se espera precisamente de dar un aviso oportuno, lo que está sucediendo nos habla de nuestra propia baja auto estima, la ausencia recurrente de intervención social en los sectores mas pobres de nuestro municipios, la falsa consideración de que ser comandante de la Policía en Armenia o de la Octava Brigada es una especie de premio por que: “acá es tranquilo”.
En contexto: Alerta sobre reclutamiento de extranjeros por bandas criminales en Armenia
Tambien nos habla esta alerta, de la exigua inversión en seguridad a través de los Fondos (FONSET y FONSECON), del bajo pie de fuerza y en especial de la ausencia de solidaridad y cultura ciudadana, que deteriora la calidad de vida que se ha diluido.
Muchas de las soluciones y acciones para impedir la llegada y asentamiento de estas organizaciones, están en nuestras manos y no solo en las autoridades, ni un centímetro debe ceder el departamento del Quindío al momento de ponerle un candado a esta eventual arremetida.
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