Pablo Jaramillo Arango renunció a la Gobernación del Quindío para dirigir la campaña presidencial de Juan Guillermo Zuluaga.
Después de un año y medio de gestión, Pablo Jaramillo Arango presentó su renuncia a la Gobernación del Quindío para asumir la dirección política de la campaña presidencial de Juan Guillermo Zuluaga, exgobernador del Meta, conocido en el país por su lucha frontal contra las estructuras criminales más poderosas de Colombia.
«Yo quiero que el Quindío tenga presidente y tenga doliente. Quiero que el Quindío sea visto con buenos ojos, que se convierta en el departamento mimado del presidente. Sueño con un presidente que le dé la mano al Quindío, que lo haga brillar con inversión dentro y fuera del país. Que ponga los ojos en nuestra tierra para ayudarnos a recuperar las instituciones que han sido secuestradas por la mafia y devolvérselas a la gente. Que el nombre del Quindío deje de asociarse con corrupción y vuelva a ser sinónimo de trabajo y orgullo», dijo el joven líder social y político al consultársele sobre su decisión.
El ahora director político de la campaña presidencial de Juan Guillermo Zuluaga, ha insistido en que Colombia no puede seguir gobernada desde un escritorio en el Palacio de Nariño y que es hora de avanzar hacia un modelo federal que dé verdadera autonomía a las regiones. La candidatura presidencial de la que hace parte responde a esa visión: tanto el quindiano como su candidato comparten la convicción de que el poder central debe descentralizarse y de que el país necesita recuperar la seguridad y el orden para poder crecer.
«El país no está para discursos tibios ni para políticos cómodos. Está para quienes tengan el coraje de asumir el compromiso de luchar por él, no desde la comodidad de los altos cargos, sino en la arena donde se define el rumbo de la nación. Renuncio a la Gobernación porque no vine a administrar la rutina: quiero cambiar las cosas. Me sumo a esta causa porque quiero que la política vuelva a ser un servicio y no un negocio; porque creo que los criminales deben pagar por sus actos y que la gente buena, la que trabaja, la que madruga, la que no se rinde, merece vivir feliz, tener trabajo y llevar comida a su mesa. Esta es la batalla que vale la pena dar, y no voy a quedarme en el sofá quejándome», expresó Jaramillo Arango.
Agregó que su renuncia «es un acto de coherencia política y que la situación del país ahora no está para tibiezas. Considera que el país necesita mano dura con los criminales y que la transformación no puede lograrse desde la comodidad de los cargos, sino desde la acción decidida en los escenarios donde se define el rumbo del país».
Con esta decisión, Pablo Jaramillo busca dejar claro que su liderazgo trasciende lo local para proyectarse en el escenario nacional: es Internacionalista de la Universidad Javeriana, Magíster en Ciencias Políticas de la Universidad de los Andes y Doctor en Estudios Políticos y Jurídicos de la Universidad Pontificia Bolivariana.
«La decisión de dejar la Gobernación no implica un distanciamiento del Quindío, sino la oportunidad de poner al departamento en el centro de la discusión nacional», dice tras afirmar que llevará la voz del Quindío a cada rincón del país, buscando abrir camino a una generación de líderes con principios y valores, comprometidos con construir un proyecto de nación donde las regiones y la gente sean protagonistas.