- Irse a la cama y levantarse a la misma hora. Ayuda a reprogramar el ciclo del sueño de los mayores y a que haya una estabilidad.
- Evitar el consumo de estimulantes como el café, la nicotina o el alcohol, puesto que pueden causar sudores, dolores de cabeza o sueños intensos.
- Levantarse con el sol y usar las luces brillantes únicamente por la mañana, a media tarde o hacia la tarde-noche. El motivo es que la luz solar ayuda a regular el reloj biológico interno cada día.
- Tratar de ejercitarse durante al menos 20 o 30 minutos cada día, pero no en la tarde-noche o antes de irse a dormir.
- Desarrollar una rutina de relajación antes de ir a la cama que puede incluir un baño tibio, un estiramiento, escuchar música apropiada, leer u otras actividades relajantes.
- No irse a la cama hambriento, pero también evitar las cenas abundantes.
- No transformar el tiempo en la cama en tiempo de resolver problemas.
- Si se padece insomnio, no tener un reloj visible en el dormitorio: mirar el reloj solo intensifica el malestar.
- Revisar si las siestas ayudan en el rendimiento diario o provocan insomnio y actuar en consecuencia.
- Tener una ventilación e higiene adecuada.
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