No basta con aplausos, los hospitales necesitan dinero

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En medio de la Pandemia que azota al mundo en estos días, han salido a la luz problemas estructurales del sistema de salud en muchos países. Un ejemplo de esto es lo que ha pasado en Estados Unidos, donde el sistema de salud no ha sido del todo eficiente, ya que van más de 45.000 muertes a raíz de la pandemia y la cifra sigue creciendo. Sin embargo, en Colombia aún no hemos llegado a cifras tan elevadas, aunque los expertos dicen que las semanas más duras están por llegar. Entonces es importante preguntarnos ¿cómo está nuestro sistema de salud?

Con la Ley 100 de 1993, aparecieron en Colombia las Empresas Prestadoras de Salud (EPS), las cuales, recogen y administran los aportes que hacen los trabajadores y los afiliados al sistema de salud. Estas EPS son empresas que tienen como fin la ganancia con el dinero de la salud. ¿Cómo obtiene ganancia una EPS? Pues, negando servicios a los usuarios, negando atenciones especializadas, dando medicamentos genéricos y/o negando los medicamentos de alto costo, pero lo que es aún más grave, las EPS ganan dinero dejando de pagar a los Hospitales lo que corresponde por los servicios prestados.

En entrevista con Myriam Bejarano gerente del Hospital Roberto Quintero Villa de Montenegro, comentó que para el funcionamiento del centro asistencial en tiempos normales se requieren, más o menos, 500 millones de pesos mensuales, sin embargo, las EPS giran en total un promedio de 400 millones de pesos “cada mes sin Covid-19 pasamos con un déficit de 100 millones aproximadamente” ya que las EPS no giran de manera completa lo adeudado al hospital, generando una cartera que mensualmente va en aumento.

Es decir, que el hospital de los montenegrinos trabaja con menos plata de la que requiere mes a mes en tiempos normales. Es tanto el descaro de las EPS que en diciembre de 2019, adeudaban a la entidad más de 4 mil 505 millones de pesos, entre EPS activas y otras que ya están liquidadas o se encuentran en fase de liquidación.

En estas condiciones, el hospital del municipio ha tenido que asumir el gasto de lo que se requiere para enfrentar el Covid-19, la compra de los insumos y elementos de protección personal para sus trabajadores.

La gerente nos dice que “estamos gastándonos el presupuesto del año para atender esta situación, hemos solicitado a las Administradoras de Riesgos Laborales pero únicamente una ha contestado, manifestando que llegarían algunos elementos, que revisando las cantidades, solo alcanzarían para la protección de los empleados durante 2 o 3 semanas y de manera incompleta, ya que el oficio refiere que entregarán solamente guantes, mascarillas y gel antibacterial.

Desde la gobernación se han recibido algunos elementos de protección, pero han sido escasos y en la actualidad ya se utilizaron. Cabe aclarar, que el hospital Roberto Quintero Villa es de primer nivel, como todos los hospitales municipales del Departamento del Quindío (excepto el de Calarcá).

Dentro de lo que le corresponde ha hecho lo pertinente para atender los pacientes con problemas respiratorios o posible coronavirus: Se dispone de una zona de triaje especial para casos de afección respiratoria, una zona especial de espera para estos pacientes y una unidad de toma de muestras separada de la zona de urgencias. Sin embargo, en un eventual escenario más caótico se quedaría corto, pues, cuenta con 12 camillas y 15 camas para una población de 40 mil habitantes que tiene el municipio, manifestando además, que la única Empresa Social del Estado -ESE- que hoy puede hospitalizar pacientes confirmados con Covid-19 es el Hospital San Juan de Dios.

Por otra parte, de los 4 casos de Montenegro confirmados con Covid- 19, lamentablemente uno falleció. Dado estos casos, se tuvo que aislar a 9 trabajadores que tuvieron contacto con uno de ellos y aún no han llegado los resultados de estos trabajadores de la salud. Es importante este dato, porque el hospital también debe asumir lo que cuesta tener estos trabajadores en aislamiento y su debido remplazo en la institución, es decir, dos sueldos más que se deben asumir.

Para finalizar, es menester que los colombianos aprendamos de esta situación. Y me refiero, no solo a aprender a estar en familia, a convivir con los demás, a ser más solidarios y pensar en colectivo, no hay que aprender sobre las cosas que no están funcionando y en que en tiempos de crisis se revientan, tal es el caso del sistema de salud, que, aunque no hemos llegado a cifras abrumadoras, está demostrando lo débil que es por empresas que piensan más en el lucro que en la salud de los colombianos.


J. Deibi Agudelo MartínezJ. Deibi Agudelo Martínez. Licenciado En Literatura y Lengua Castellana Estudiante de Maestría en Ciencias de la educación Artista Circense.

 

 

 

 

 

 

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