Un indígena de la comunidad Embera Katío del Chocó estuvo 30 días amarrado a un cepo en el barrio Miraflores de Armenia, luego de que lesionara con arma blanca a otro indígena de la etnia Embera Chamí del Quindío, en una riña que se registró en diciembre pasado.
La señora madre del indígena, también fue amarrada, luego de llegar de Pereira, ciudad en la que reside, para aclarar la situación. Según la justicia de esta etnia, los familiares del agresor deben también ser castigados cuando este no tiene cómo pagar por su delito. La familia de la víctima pedía una suma de 3 millones de pesos por los daños causados.
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La situación era extrema, pues los indígenas permanecían atados en una habitación con menores de edad a su alrededor, razón por la que la Defensoría del Pueblo en el Quindío tuvo que intervenir para que ambas personas fueran soltadas y el agresor fuera trasladado por la guardia de su etnia Embera Katío hasta la región donde reside, ya que el sujeto se encontraba de visita en la capital quindiana cuando ocurrieron los hechos por los que fue castigado.
Segun versiones de las autoridades indígenas, el problema se presentó el pasado 8 de diciembre cuando el agresor, en medio de los tragos, se enfrascó en una pelea con otro indígena por un equipo de sonido.
Funcionarios de la Defensoría, la Alcaldía, el Icbf y la Fiscalía tuvieron que intervenir en el conflicto, que fue superado cuando se puso en conocimiento de la situación a la comunidad Embera Katío del Chocó, que envió 14 hombres de su guardia indígena para llevarse al hombre.
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“Quiero resaltar la organización de esa comunidad. Todo el tiempo estuvieron en comunicación con nosotros y el gobernador de allá hizo todo de una manera muy eficaz”, resaltó Piedad Correal Rubiano, defensora del Pueblo en el Quindío.
Según las autoridades indígenas, el sujeto había huído de un castigo en su comunidad en el Chocó, por lo que tendrá que pagar, bajo sus leyes, por los delitos en su comunidad de origen y también por los cometidos en el Quindío. “Allá tendrá que pagar, según las normas de ellos, con tiempo de trabajo o por medio de castigo físico en el cepo. La mamá se quedó, ya que están tratando de solucionar un problema que tienen acá. El Icbf está haciendo seguimiento a los menores”, aclararon desde Armenia.
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