El caso de Claudia Milena Tole, la mujer asesinada en el municipio de La Tebaida la noche del domingo 8 de julio, frente a sus hijos de 9 y 17 años de edad, no tuvo la repercusión mediática y social que sí adquirió el crimen de Laura Juliana Jojoa, muerta horas después, la mañana del lunes 9 de julio, en un almacén del centro de Armenia.
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La familia de Claudia Milena no se explica cómo en uno de los casos se ofreció recompensa de 10 millones de pesos, la comunidad desbordó las redes sociales pidiendo justicia, los medios dieron gran cubrimiento y el criminal fue atrapado en menos de una semana, mientras que en el otro caso, que también fue el de una mujer y que además fue perpetrado frente a los hijos menores de edad de la víctima, no haya pronunciamiento alguno ni de las autoridades administrativas, ni de las judiciales. Peor aun es que la investigación parece ni siquiera haber arrancado.
«Nadie nos ha buscado, ni la fiscalía, ni la policía han siquiera interrogado a mis hijos que presenciaron todo el hecho. Tampoco entidades como la Defensoría del Pueblo, la Personería de La Tebaida o el Bienestar Familiar nos han brindado apoyo sicológico para mis hijos, que aun conservan las imágenes de su mamá herida de muerte dentro de su carro», dijo el esposo de la víctima, de quien no revelaremos su identidad para protegerlo.
Tras el asesinato de la dama de 39 años de edad, la familia ha tenido que huir, pues temen por sus vidas, ya que los sicarios, tras disparar contra la humanidad de Claudia Milena, también dispararon contra el adolescente de 17 años, pero por fortuna no lograron herirlo. Mientras tanto el niño de 9 años presenció todo desde el asiento trasero del vehículo.
El terrible suceso ocurrió a la entrada de una finca cuando el hijo mayor de la víctima abría la puerta para ingresar el carro en el que se movilizaban. El muchacho incluso fue quien bajó a su mamá del carro para intentar auxiliarla y llamó a los organismos de socorro para que la trasladaran al hospital de La Tebaida.
«No sabemos qué pudo haber sucedido, nosotros somos personas de bien, no tenemos negocios raros y tampoco tenemos enemigos. Mi mujer no había sido amenazada y yo tampoco, pues yo resido en España y vengo solo cada 6 meses a visitar a mi familia», explicó el angustiado padre y esposo de la víctima.
Agregó que tras la muerte de su esposa, los policías solo hicieron algunas preguntas a sus hijos el mismo día del asesinato, pero que no volvieron a aparecer. No se sabe siquiera si han revisado las cámaras de seguridad a las salidas del municipio.
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El ciudadano además acudió a las autoridades para pedir protección para él y sus hijos, pues siente temor por ellos, pero le dijeron que su miedo estaba basado solo en supuestos y no le brindaron mayor atención.
Puntualizó que siente que quien les causó este daño es alguien cercano a ellos, tal vez por envidias o rencores antiguos, y recalcó que su esposa era una excelente mujer, buena madre, trabajadora y emprendedora.
«En este momento nos sentimos desprotegidos. A las autoridades parece no importarles la muerte de mi mujer y a los medios de comunicación e incluso a la comunidad se les olvidó su crimen y pareciera que unas vidas valieran más que las otras», finalizó
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