No hubo necesidad de invitar a grandes artistas de talla nacional e internacional, ni de cerrar calles con casetas bailables y ventas excesivas de licor, para que Montenegro viviera las que se pueden considerar unas de las mejores fiestas aniversarias del municipio en sus 126 años de historia.
El talento de grandes artistas quindianos, que nada tienen que envidiarle a los más famosos del país, brilló en calles y recintos donde la música, el teatro y la danza convirtieron al municipio y en especial al recién inaugurado Teatro Esmeralda, en el epicentro de la cultura y el arte en el departamento.
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Las fiestas cívicas, culturales, artísticas y deportivas le dieron a los montenegrinos un respiro ante tanto dolor por la difícil situación de violencia que atraviesa la localidad y sobre todo su juventud. Fue precisamente esa problemática la que motivó a la administración municipal, en cabeza del alcalde Álvaro Hernández, a proponer unas fiestas completamente diferentes, en las que hábitos poco beneficiosos dieran paso a unas celebraciones que promovieran los valores familiares, y cuyo orden y seguridad dieran pie a que la alegría y el entusiasmo cubrieran a toda la población, desde los niños hasta los abuelos.
La cabalgata con jinetes ebrios y caballos cansados de cada año fue reemplazada por la tierna cabalgata infantil con niños en edad preescolar montados en sus caballitos de palo. Las casetas inundadas de adultos y jóvenes fiesteros con ansias de beber al son de la música popular y tropical, fueron intercambiadas por las noches de bambucos, tangos y baladas en las voces de cantantes quindianos que erizaron las pieles del público asistente.
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La tarima principal en la plaza de mercado, donde en años anteriores cantaron artistas de gran reconocimiento, fue trasladada al parque Bolívar donde familias enteras se sentaron en las gradas de la iglesia para disfrutar de actividades tan diversas como el reinado de la Chapolerita, la Feria Expocafé o el Concurso Departametal de Reguetón.
Las calles se engalanaron con desfiles, comparsas, carrozas y hasta divertidos concursos como el de ‘Empuje el Willis’, una actividad que se complementa al tradicional Yipao, que no puede faltar en una celebración de municipio quindiano.
Homenajes a personalidades montenegrinas que han hecho grandes contribuciones a la vida, la calidez, el civismo y la pujanza del municipio estuvieron a la orden del día, contrastando armoniosamente con las muestras artesanales, las celebraciones como la del Día del Niño en la que los pequeñines disfrazados recibieron premios y diversión, o eventos como el Festival Recicla por el Rock, organizado por la Fundación Chicchan y que atrajo a jóvenes rockeros de todo el departamento, en la búsqueda de crear conciencia para proteger el medio ambiente.
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El deporte también ocupó un lugar privilegiado en estas fiestas. Ciclismo, atletismo, fútbol, ajedrez, porrismo y danzas fueron solo algunas de las actividades en las que los montenegrinos de todas las edades pudieron participar. Hasta los abuelos disfrutaron de su primera Olimpiada del adulto mayor.
Pero también hubo espacio para la rumba, una más ordenada en la zona rosa ubicada en la carrera 5 entre calles 13 y 14, donde están la mayor parte de establecimientos nocturnos del municipio. Allí se permitió el cierre de la vía para que los comerciantes pudieran sacar mesas y sillas a quienes quisieran divertirse un poco en el último fin de semana de las fiestas.
También en el Club Andino se llevó a cabo el tradicional Baile de la Cosecha, que contó con una gran asistencia de mujeres vestidas de chapoleras y hombres vestidos de arrieros. Parte de lo recaudado en este evento será invertido en la compra de obsequios para niños de escasos recursos en navidad.
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En total fue casi un mes de actividades que iniciaron el 11 de octubre con el Festival Municipal de Lectura y finalizaron este domingo 6 de noviembre con la coronación de la Reina Departamental del Café.
Cuatro semanas de eventos inolvidables que dieron a Montenegro un nuevo aire, una nueva imagen de municipio cultural y cívico. Y aunque es verdad que durante estos días de fiestas hubo algunas muertes violentas en la localidad, se puede afirmar, con la venia de las autoridades, que ninguna podría relacionarse con las celebraciones, que por el contrario contaron con el comportamiento ejemplar de cada uno de los montenegrinos y visitantes que se congregaron en cada espacio y que merecen también las más gratas felicitaciones por estas fiestas, que bien podrían convertirse en ejemplares para los demás municipios del departamento. Aunque vale la pena decir que en Quimbaya este año, las fiestas aniversarias también fueron culturales.
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