El 1 de junio de 2018 se cumplen 90 años de la iniciación del primer Túnel de La Línea, entre las localidades de Cajamarca y Calarcá.
Para rememorar esa fecha el maestro Jairo A. Alvarez Osorio y María Elena Orozco publicaron varias fotos en las que se ve a su abuelo, Josué Cruz Pradilla, participando activamente en las obras de aquel primer intento de túnel.
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«Tengo el privilegio de mostrarles en testimonios fotográficos de aquella lejana época, 1928, al abuelo de mi señora. Al reverso de una de las fotos el abuelo escribió:» un motor compresor auxiliar, que produce aire para el encendido de los motores grandes, este es encendido por medio de soplete y quema como combustible petróleo crudo. Túnel de Calarcá 1930.»
Las fotografías fueron reveladas a través de la página de facebook de RCN Radio Armenia.
Historia del Túnel
En diciembre de 2016 el diario La República realizó un completo reportaje sobre el dinero, esfuerzo y recursos gastados en el Túnel de La Línea, desde que fue propuesto por primera vez su construcción en el año de 1913.
Según cuenta el mencionado medio de comunicación, el Túnel es la obra de infraestructura que más se ha ‘tragado’ recursos políticos y económicos.
“La carretera hacía Ibagué y el Túnel de La Línea fueron concebidos y estudiados desde 1913, pero el diseño de la vía férrea solo fue contratado hasta 1929, con la compañía francesa Regie Generale de Chemins de Fer et Travaux Publics”, dice un cuadro que narra la historia de esta obra, ubicado en el Jardín Botánico del Quindío junto a una réplica a escala de las etapas de construcción del túnel, donada por el Ministerio de Transporte y el Instituto Nacional de Vías -Invías-.
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Desde ese entonces y hasta la actualidad, han dirigido el país 28 presidentes y una junta militar, empezando en 1913 por Carlos Eugenio Restrepo, y finalizando con Juan Manuel Santos.
El primer contrato en 1928
El primer acuerdo que se firmó fue el 1 de junio de 1928 con la firma norteamericana Hitchcock & Tinkler (subsidiaria de la francesa). El túnel inicial fue diseñado a 2.777 metros de altitud y se proyectó una longitud de 3.526 metros. Sin embargo, la puesta en marcha de la perforación solo empezó hasta agosto de 1929.
La historia recuerda al ingeniero Víctor Efraín Gilede Rodríguez, quien participó en la construcción y además se casó en Calarcá por ese entonces.
Más tarde, en 1946 se revivió la idea de hacer la vía férrea siguiendo un trazado por Salento, por el cauce del Río Quindío, pero ahora con dos alternativas de perforación: un túnel por Calarcá en La Lora, a 4.720 metros de altura; o un túnel por Salento, hacia Tochecito, para empalmar con la vía hasta Ibagué por la depresión del Río Cocora.
No obstante, “todos los trabajos del tramo Boquía-Salento se suspendieron en 1952 por “imposición de la ‘Misión Currie’, aunque se alcanzaron a construir ocho kilómetros y a abrirse una parte de la perforación del gran Túnel en jurisdicción de Calarcá”, señala información del Jardín Botánico del Quindío.
¿Cuánto se ha invertido?
Desde 2000 se tienen antecedentes de inversión porque fue ese año en que el Gobierno, mediante documento Conpes, incluyó la priorización de la obra y autorizó al Ministerio de Hacienda a contratar créditos por 230 millones de dólares -690 mil millones de pesos-.
De acuerdo con un documento de Planeación Nacional, entre 2002 y 2008 los recursos destinados para adelantar la primera fase de la obra fueron de $294.431 millones. En 2009 tuvo una apropiación de $210.000 millones y vigencias futuras por $200.000 millones en 2010. La primera etapa del proyecto comprende un valor de $703.000 millones mientras que la segunda, que depende de la terminación de la primera, requiere un costo estimado de $250.000 millones.
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