Reunión sobre recintos gastronómicos de Montenegro y Quimbaya deja grandes preocupaciones. La de Montenegro la más afectada.
Este miércoles 23 de julio se adelantó en la sede de la Contraloría Departamental una nueva mesa de seguimiento al tema que comprende la situación actual de los recintos Gastronómicos y Turísticos de Montenegro y Quimbaya.
Estos sitios, que anteriormente funcionaban como las tradicionales galerías o plazas de mercado de estos municipios, presentan más de 3 años de retraso en sus obras, que han estado paralizadas durante un largo periodo, mientras los comerciantes que devengaban su sustento allí, están a la deriva en casetas de esterilla improvisadas.
Vale la pena señalar que las obras en estos recintos se iniciaron principalmente con recursos del Fondo Nacional de Turismo -Fontur- y no de los municipios, por lo que es esa entidad la principal encargada de llevarlas a buen término.
Montenegro el más preocupante
En ambos edificios se requieren modificaciones a las estructuras, lo que tiene paralizadas las obras, sin embargo el caso más complicado es el de Montenegro, donde no se cuenta con planos definitivos a pesar de que la administración municipal, en cabeza de Gustavo Pava, se puso al frente de la situación y realizó la inversión en estudios y diseños adelantados por la Universidad del Quindío, en los que se demostró que se requiere un reforzamiento estructural, así como finalizar estudios eléctricos e hidráulicos y definir quién ejecutará lo que falta para retomar las obras.
Estos estudios, por un valor de 180 millones de pesos, y asumidos por el municipio de Montenegro, fueron entregados el 11 de julio del presente año,
Por el lado de Quimbaya, se requieren ajustes en temas hidrosanitarios y estructurales, pero la obra podría avanzar con relativa facilidad si Fontur se compromete con la misma.
¿Fontur la culpable del desastre?
De acuerdo con los miembros de la mesa, los estudios para estas obras estaban mal hechos desde el principio y así fueron aceptados por Fontur, entidad donde al parecer no se habrían tomado el trabajo de revisarlos.
No se tuvieron en cuenta normas de sismorresistencia de las estructuras y hasta se plasmaron situaciones inexistentes en las edificaciones. Con base en este estudio mal hecho y que solo tardó 30 días, se iniciaron unas obras que desembocaron en la destrucción de las galería de Montenegro.
Ante la situación el alcalde de esta localidad señaló su disgusto y fue enfático en que si no se trabaja todos unidos, las obras no podrán avanzar, afectando la economía de su población.
Entre tanto desde Proyecta Quindío anunciaron que presentarán una demanda ante la Procuraduría contra el contratista que elaboró los estudios y diseños.