Corte Constitucional deja en firme prohibición de corridas de toros, peleas de gallo, corralejas y otros espectáculos con animales en Colombia.
En un fallo histórico, la Corte Constitucional dejó en firme la Ley 2385 de 2024, denominada como la ley “No más Olé”, que no solo declaró ajustada a la Constitución la prohibición de corridas de toros, rejoneo, novilladas, becerradas y tientas, sino que amplió el alcance de la medida a toros coleados, peleas de gallos, corralejas y cabalgatas.
La Corte en su fallo tumbó un aparte del texto original, que excluía de la prohibición a estas últimas prácticas con animales, y que desde ahora empezarán a ser prohibidas escalonadamente en un término de 3 años.
La decisión, tomada en Sala Plena y de forma unánime, responde al mandato de protección animal consagrado en la Carta Política. La Corte además ratificó que esta nueva Ley no vulnera derechos culturales ni económicos, al contrario: busca “aportar en una transformación cultural que se fundamente en el reconocimiento y respeto por la vida animal”.
Además, el Gobierno deberá diseñar programas de reconversión económica y laboral para quienes acrediten que su sustento depende de estas actividades. Para ello se creará una Comisión Interinstitucional liderada por el Ministerio del Trabajo, con participación de las carteras de Cultura, Agricultura y Comercio.
Cuando la prohibición entre en vigor, las plazas de toros y escenarios públicos deberán reconvertirse en espacios culturales, deportivos y artísticos. Para financiar esa transición, la ley contempla esquemas de alianzas público-privadas.
3 años de transición
El tribunal fijó un plazo de 3 años antes de que la prohibición tenga plenos efectos. El objetivo es dar espacio al Gobierno y a las entidades territoriales para avanzar en procesos de reconversión laboral y cultural, con el fin de garantizar alternativas a quienes dependen económicamente de estas actividades, tal como ya lo prevé la ley para el sector taurino.
El fallo establece que a partir de julio de 2027 quedará prohibida la realización de corridas y espectáculos taurinos. Durante este periodo de transición, solo podrán efectuarse bajo condiciones estrictas de bienestar animal, sin financiación pública y únicamente en lugares donde se consideren tradición ininterrumpida.
Las demás prácticas deberán ir desapareciendo hasta 2028. En paralelo, los ministerios de Educación, Ambiente y Cultura tendrán la tarea de impulsar campañas pedagógicas y curriculares que promuevan el respeto hacia los animales y desalienten prácticas violentas con ellos.
La polémica por las cabalgatas
El fallo generó confusión inicial. Un error de redacción en el borrador que se filtró señalaba que también las cabalgatas quedaban prohibidas, lo que fue celebrado durante horas por colectivos animalistas como una victoria histórica. Sin embargo, la Corte tuvo que rectificar públicamente y aclarar que las cabalgatas no hacen parte de las actividades vetadas.
La corrección provocó un choque de reacciones: mientras defensores de los animales lo consideraron un retroceso, gremios ecuestres y ganaderos celebraron la precisión, recordando que la propia ley ya había dejado fuera a las cabalgatas.
Sin embargo algunos senadores de la República, miembros de colectivos animalistas, señalaron que continuarán impulsando una ley para prohibir también las cabalgatas.
Colombia sale del círculo taurino global
Antes de esta decisión, Colombia era uno de los 8 países donde aún eran legales las corridas de toros: España, Francia, Portugal, Ecuador, México, Perú, Venezuela y Colombia.
A nivel regional, se suma a países como Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Guatemala, donde ya estaban prohibidas. En Europa, varias ciudades y regiones europeas también han vetado la práctica: Por ejemplo Cataluña y Canarias en España, aunque la Corte española anuló el veto catalán en 2016, nunca volvió realmente a retomarse la actividad.
Se estima que cada año mueren más de 250.000 toros en espectáculos taurinos en el mundo. La opinión pública en países como España muestra una oposición creciente: 58 % en contra según sondeo de Ipsos de 2016, y restricciones locales se multiplican incluso donde la ley nacional mantiene la práctica.
Las corridas de toros llegaron a Colombia con la colonia española y florecieron desde el siglo XIX. Plazas como la de Manizales, inaugurada en 1951, y Cali, alcanzaron gran popularidad en ferias que eran vistas en todo el mundo.