Dos bandas delincuenciales dedicadas al hurto en el sistema de transporte masivo, Transmilenio, en Bogotá, fueron desarticuladas por las autoridades.
Entre los 12 judicializados hay dos integrantes de la Policía Nacional, quienes estaban adscritos a la seguridad del servicio de transporte masivo y, al parecer, informaban a miembros de la banda en qué momento podían ingresar a las estaciones.
Las redes delincuenciales denominadas Los K y Fénix Admon, dedicadas al hurto en las modalidades de atraco y cosquilleo en los buses articulados, utilizaban armas blancas para lesionar a las víctimas que oponían resistencia.
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Los patrulleros Yeison Dayan Guzmán López y Óscar Orlando Olivera Vargas, que integraban este grupo, serían los encargados de informar al resto de la banda cuándo ingresar a una estación, para que no se encontraran con otro grupo delincuencial.
Una vez adentro, los hombres se paraban en las puertas de los buses y aprovechaban los tumultos de gente para cometer los hurtos; luego los objetos robados se los entregaban a una mujer, quien siempre estaba vestida de enfermera, para que los guardara.
Los patrulleros, según lo establecido, recibían entre $350.000 y $400.000, cada vez que este grupo ingresaba a hurtar a las estaciones en las que delinquían.
Los presuntos integrantes de este grupo se encuentran vinculados en aproximadamente 20 eventos delictivos, por los cuales el ente acusador les imputó los delitos de concierto para delinquir, hurto agravado, cohecho por dar u ofrecer y cohecho propio. Ninguno aceptó su responsabilidad.
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