Murió Miguel Uribe Turbay. Su historia y la de su mamá, Diana Turbay, un ciclo de tragedia que enluta a Colombia.
La madrugada de este lunes 11 de agosto murió Miguel Uribe Turbay, senador y precandidato presidencial, a causa de las heridas sufridas en el atentado que convulsionó el país hace dos meses, el 7 de junio.
Su muerte no solo estremeció al país por la proyección del político de 39 años de edad, sino también porque revive una herida abierta desde hace más de tres décadas: la trágica muerte de su madre, la reconocida periodista Diana Turbay, asesinada en 1991 durante un fallido operativo de rescate tras su secuestro por orden de Pablo Escobar.
¿Quién fue Miguel Uribe Turbay?
Nacido en Bogotá el 25 de enero de 1987, Miguel Uribe Turbay creció en una familia profundamente ligada al servicio público. Hijo de Diana Turbay Quintero, destacada periodista y directora del noticiero Criptón, y de Hernando Uribe, prestigioso abogado. Además Miguel era nieto de Julio César Turbay Ayala, presidente de Colombia entre 1978 y 1982.
Su vida personal estuvo marcada desde niño por la tragedia: a los 4 años perdió a su madre, víctima de la violencia del narcotráfico. Este hecho moldeó gran parte de su visión política, orientada —según expresó en múltiples entrevistas— a luchar contra la violencia y promover la reconciliación.
Vida y trayectoria de Miguel Uribe
Miguel Uribe se graduó como abogado de la Universidad de Los Andes y completó estudios en administración pública en la Universidad de Harvard. Su carrera política comenzó como concejal de Bogotá en 2012, y posteriormente se desempeñó como secretario de Gobierno de la capital.
En 2022 llegó al Senado, consolidándose como una figura ascendente en la política nacional. En 2025, había lanzado su precandidatura presidencial con un discurso enfocado en seguridad ciudadana, lucha contra la corrupción y fortalecimiento de la democracia.
La madre de Miguel, Diana Consuelo Turbay Quintero, nació en 1950 y se destacó como periodista, directora del noticiero Criptón y fundadora de la revista Hoy por Hoy. El 30 de agosto de 1990, fue secuestrada por el grupo de narcotraficantes “Los Extraditables” como parte de la estrategia de Pablo Escobar para evitar su extradición a Estados Unidos.
Durante 147 días de cautiverio, Diana estuvo bajo condiciones extremas hasta que el 25 de enero de 1991 —el mismo día del cumpleaños de su hijo Miguel— murió en un fallido operativo de rescate en la vereda Copacabana, Antioquia. Un disparo en la espalda durante el fuego cruzado le quitó la vida a los 40 años.
El atentado que apagó su vida
El 7 de junio de 2025, durante un mitin político en Bogotá, Miguel Uribe fue víctima de un atentado a manos de un presunto sicario adolescente de entre 14 y 15 años. Un disparo en la cabeza lo dejó gravemente herido.
Tras dos cirugías y semanas en cuidados intensivos, su estado neurológico no mostró mejoría y finalmente falleció el 11 de agosto de 2025 en la Clínica Fundación Santa Fe.
Las autoridades investigan una red criminal detrás del ataque, con posibles motivaciones políticas y conexiones con estructuras de sicariato urbano. La Fiscalía lo calificó como “un atentado directo contra la democracia”.
3 de los 4 capturados por el crimen aceptaron cargos esta misma semana, sin embargo el panorama judicial en el caso cambiará radicalmente pues tras la muerte de Miguel Uribe ya no se trata de un intento de asesinato, sino de un homicidio.
Luto nacional
La muerte de Miguel Uribe Turbay, casi a la misma edad en que falleció su madre, revive un patrón doloroso: dos vidas truncadas por la violencia que por décadas ha marcado la historia de Colombia.
En entrevistas, Miguel afirmó que el asesinato de su madre fue “una herida que nunca sanó, pero que transformó en motivación para trabajar por un país sin violencia”.
Miguel Uribe deja un hijo pequeño, así como una hoja de vida marcada por el servicio público y un mensaje constante de reconciliación.
La historia de madre e hijo se convierte así en un símbolo de las generaciones colombianas golpeadas por la violencia, pero también de la resiliencia y el compromiso con la construcción de un país más justo.
Una gurrupleta hijueputa menos en el mundo
Ese es el final de toda plaga narcoparapedofilouribestia