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“Las pequeñas centrales hidroeléctricas en Génova, un mito muy vigente”

Las opiniones de los columnistas y blogueros son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de 180grados.digital

Columna escrita por: Diego Alejandro Arango Hernández

Abogado y economista en formación. Líder social y político.


A raíz de la política de Estado que el gobierno pasado llamó “La locomotora minero-energética” en la cual el gobierno actual ha manifestado su profundo interés, al punto de que en el Plan Nacional de Desarrollo se rebajaron las regalías a las empresas dedicadas a esta actividad, las poblaciones se han visto obligadas a reclamar, por medio de las diferentes acciones de participación ciudadana, en defensa de lo ambiental.

La paradoja entre el derecho ambiental y la «utilidad pública» conlleva a un conflicto entre la salud, la vida y la riqueza que puede solucionar problemas puntuales a la población.

La vulnerabilidad socio-económica que tiene Génova y su riqueza natural incalculable se han visto amenazadas varias veces en su historia por solicitudes mineras que han puesto en  alerta a la población.

Hoy se conocen 6 títulos mineros. La situación de ciertos pobladores empezó a cambiar a partir del momento en que vieron personas extrañas en sus predios, portando una serie de utensilios que no son los que caracterizan a un campesino y que por el contrario son más propios de ingenieros con acento foráneo.

Según los habitantes de estas zonas, los forasteros tienen en la mira la región para hacer realidad proyectos de «Pequeñas Centrales Hidroeléctricas». Incluso tenían marcados en un mapa el lugar donde se piensa construir el cuarto de máquinas y toda la infraestructura de este proyecto en predios de estas familias.

Las revelaciones han preocupado a estos campesinos que decidieron crear el colectivo Ecogénova, y se dirigieron a la Alcaldía Municipal, donde los funcionarios dijeron no tener información al respecto. Como decía Gabriel Garcia Márquez en ‘Cien años de soledad’: «En Macondo no ha pasado nada, ni está pasando, ni pasará nunca. Este es un pueblo feliz».

El segundo paso de los pobladores fue acercarse a la Corporación Autónoma Regional del Quindío -CRQ- donde tampoco encontraron respuesta.

Buscando paso a paso en los archivos del municipio, lograron encontrar que en 2010 por medio de la resolución 1025 se entregaron los permisos para el desvió del cauce hasta del 70%  de los ríos del municipio de Génova, con el fin de iniciar las llamadas “Pequeñas Centrales Hidroeléctricas” por iniciativa de dos consorcios llamados Energía para el futuro S.A.S y E-eléctrica S.A.S. Aquella decisión fue tomada sin consultar a la comunidad como lo indica la ley, sino de espaldas de los genoveses.

Con la preocupación a flor de piel se generaron algunos debates con funcionarios de la administración municipal que explicaron que este acto administrativo había perdido vigencia. Lo raro es que, aun así, estas personas extrañas fueron a estos predios, con la certeza de la existencia del proyecto.

El ahora fantasma o supuesto mito de las centrales hidroeléctricas además, empezó a tomar vida también en Pijao. Nos dimos cuenta de que no era casualidad y algo serio estaba pasando.

Por medio de muchos intentos para conseguir información, tocando hasta las puertas del Congreso de la Republica, el colectivo pudo conocer la Resolución 0722 de 2015, encargada de darle vigencia a la resolución anterior de 2010.

Esta daba total vigencia al proyecto y revivía el fantasma que deambulaba por los ríos genoveses. La táctica de engaño es la misma utilizada en Hidroituango y hoy es uno de los problemas ambientales más fuertes que tiene el país.

En este momento el proyecto sigue escondido, pero precisamente por esto los genoveses debemos estar alerta de los sucesos anormales en los predios señalados, cuidar nuestro ríos, valorar el territorio. Saber que los beneficios económicos que pueda acarrear son insignificantes comparados con el daño que puede ocasionar en un departamento con problemas de agua.

Es hora de mirar hacia al frente y plantearnos un proyecto de municipio que sea acorde con el medio ambiente, que dinamice la economía y le brinde otros sueños a las futuras generaciones; de lo contrario, estaremos al final del horizonte sin horas, al lado oscuro del progreso y al lado correcto de la minería extractivista, acompañada de los conflictos y horrores ambientales.

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