Joven soldado desaparecido tras abordar un bus al batallón de Génova hace 7 meses. Su familia, especialmente su madre, busca respuestas.
Han pasado más de siete meses desde que Gerónimo Escobar Cano, un joven soldado de 18 años, fue visto por última vez en el terminal de transportes de Armenia.
El caso se remonta al 16 de diciembre de 2024. Gerónimo, que había estado unos días en casa durante su permiso militar, debía regresar al Batallón de Alta Montaña N.5 en el municipio de Génova.
Ese mediodía, compartió el almuerzo con su madre, se despidió con un abrazo y una frase que ella no olvida: “Mami, la quiero mucho”. Luego abordó el bus poco antes de la 1:00 de la tarde. Esa fue la última vez que lo vio.
Desde entonces, su madre lo ha buscado incansablemente, sin respuestas claras del Ejército ni de las autoridades civiles. Ella describe a su hijo como un joven tranquilo, familiar, que siempre informaba a dónde iba. Nunca antes había desaparecido.
Cámaras, confusión y contradicciones
Al no tener noticias de su hijo al día siguiente, la madre de Gerónimo acudió nuevamente al terminal de Armenia para revisar las cámaras de seguridad. Allí confirmaron que él subió al bus, pero se le negó el acceso a las grabaciones completas ni se le entregó copia alguna.
La situación se tornó aún más confusa cuando se conocieron versiones contradictorias de quienes habrían viajado con él: un soldado afirmó que Gerónimo llegó a Génova; otro aseguró que se bajó antes. El conductor del bus, por su parte, explicó que todos los militares viajaban de civil, por lo que era imposible identificarlos.
Una búsqueda sin dirección clara
La madre intentó denunciar la desaparición ante la Fiscalía General de la Nación, pero fue remitida al Ejército por tratarse de un militar activo. Solo tras insistentes visitas le aceptaron la denuncia, aunque nunca se le informó sobre un investigador asignado ni se le ha entregado avance alguno del caso.
Tampoco obtuvo respuestas en Medicina Legal, donde entregó fotos, datos físicos y marcas particulares de su hijo para facilitar la búsqueda. En la Defensoría del Pueblo, fue nuevamente enviada de regreso a la Fiscalía y al Ejército, sin respuestas.
“Siempre me decían que el funcionario no estaba, que estaba en reunión. Nadie me llamó para decirme si al menos están buscando a mi hijo”, relató con frustración.
La única comunicación reciente fue de un integrante de la Sijín, quien le informó que la sargento encargada recibió fotos de Gerónimo junto a otros compañeros presuntamente desertores. “Me dijeron que ya habían aparecido todos, menos él”, señaló la madre.
Silencio institucional y dolor familiar
A pesar del tiempo transcurrido, ni el Ejército, ni la Fiscalía, ni ninguna otra entidad oficial ha entregado información sobre su paradero. La familia de Gerónimo denuncia una investigación fragmentada, lenta y sin resultados.
Desde diciembre, su rostro ha circulado en redes sociales, grupos de ayuda y plataformas de búsqueda. La familia ha recibido incluso llamadas falsas de extorsión.
“Yo solo quiero saber la verdad. No puede ser que nadie sepa qué pasó con mi hijo. Él no se fue por su cuenta. Iba a cumplir con su deber. Alguien debe responder”, dice su madre, firme, pero con el dolor de quien no pierde la esperanza.
Si usted tiene alguna información sobre el paradero del joven, comuníquese con su familia a los teléfonos: 321 781 0983 o al 314 569 1767.