Brayan Steven Méndez Martínez es un joven residente en el barrio La Isabela de Montenegro, un sector golpeado por la violencia y la drogadicción, problemáticas que no han podido quebrantar los sueños y empeño de este joven por convertirse en un deportista.
Alternando sus estudios en el Instituto Montenegro, donde cursa grado séptimo, con su gran pasión por el fútbol, este jovencito de apenas 14 años de edad, que cumplirá 15 en pocos días, logró ganarse un puesto en la Selección Colombia sub-17 dirigida por el profesor Orlando Restrepo.
Brayan lleva 4 años aprendiendo todo sobre el balompié en las escuelas de formación deportiva de la alcaldía municipal de Montenegro. Su profesor Henry Gutiérrez, se ha esforzado porque sus dirigidos lleguen lejos en el fútbol y por eso logró que estos muchachos fueran ojeados por los directivos del Envigado Fútbol Club, a donde 5 de ellos fueron ingresados para formarse en la cantera del equipo. Uno de los 5 fue Brayan Stiven, quien además ya formaba parte de la selección Quindío.
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Fue precisamente en la selección de este departamento donde el profesor Restrepo vio sus habilidades y decidió convocarlo. Sus pruebas las realizaría en vacaciones de mitad de año, pues la idea es que viaje sin afectar sus estudios.
Este joven defensa central es un muchacho tímido. Pocas palabras al concedernos la entrevista, pero sonriente siempre al hablar de esa motivación que es el ser tenido en cuenta entre miles de jóvenes de todo el país.
Su disciplina y esfuerzo son sus más grandes aliados. Esa disciplina que todos los que lo han dirigido le piden para enfrentar este nuevo reto en su vida.
Su mamá, Ángela María Martínez, una mujer de 33 años de edad, suspira de orgullo al ver a su muchacho alcanzar este logro. Igual orgullo profesan sus hermanos de 11 y 7 años de edad, y su papá, Alfredo Méndez, quien reside en Circasia.
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Fueron ellos, principalmente su mamá, quienes lo han apoyado siempre en este sueño. Con esfuerzo han trabajado para ayudarle con lo necesario para poder jugar fútbol. Guayos, viajes y alimentación son solo algunos de los gastos que esta joven madre asume con su trabajo diario para que a sus hijos no les falte nada. Pero Brayan también se ayuda trabajando con un tío para costearse algunas de las cosas que necesita.
Con verdadera madurez, el deportista quiere convertirse en ejemplo a seguir por los demás jóvenes de su barrio y de su municipio. “Los muchachos que no están metidos en las drogas quiero decirles que nunca lo vayan a hacer y que sigan por el camino del bien. Que se enfoquen en algo que deseen llegar a ser y que lo cumplan. A los que ya están metidos en ese mundo, decirles que Dios quiera y les ayude a salir de eso y que cuando salgan piensen en algo grande, que más adelante pueden lograr muchas cosas”, dice a pesar de su timidez.
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