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El Idtq solo cuenta con 14 agentes, divididos en 3 turnos, para 8 municipios

Los municipios de Montenegro, Circasia, Salento, Filandia, Génova, Pijao, Córdoba y Buenavista, así como corregimientos y centros poblados como Pueblo Tapao o Río Verde, con sus respectivas carreteras de acceso, son cubiertos por el Instituto Departamental de Tránsito del Quindío -Idtq- una entidad que apenas cuenta con 14 agentes de tránsito para cubrir todo este basto territorio.

La situación es aun más complicada, si se tiene en cuenta que los 14 agentes deben dividirse en 3 turnos de cerca de 8 horas, y que en las instalaciones del Instituto debe permanecer al menos un agente para labores de oficina, con lo que en cada turno hay en promedio 4 agentes para cubrir un territorio con más de 114 mil habitantes, y que recibe decenas de miles de turistas y vehículos, sobre todo en municipios como Montenegro, Salento y Filandia, que se convierten en caóticos cada fin de semana y temporada de vacaciones.

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Los turnos exactos son de 6:00 a.m. a 2:00 p.m. y de 2:00 p.m. a 9:00 p.m., en los que hay 6 agentes por cada turno, uno o 2 de ellos en labores de oficina. Quedan 2 para cubrir la noche de 9:00 p.m. a 6:00 a.m., además de 2 que aunque estén descansando pueden ser llamados para apoyar en la madrugada.

Habitantes de municipios como Montenegro y su corregimiento Pueblo Tapao, o de Salento padecen a diario la falta de control en las vías de estas localidades, donde a pesar de los esfuerzos de las administraciones municipales, no se ven resultados significativos en la mejora de la movilidad.

Los trancones diarios en Montenegro parecen no tener fin, a pesar de las reiteradas solicitudes del Alcalde Álvaro Hernández, quien incluso en el último consejo de seguridad del municipio pidió al Idtq menos puestos de control a las afueras del municipio, y presencia permanente en puntos neurálgicos de la localidad, como la calle 19, las carreras 5 y 6 y la vía principal de Pueblo Tapao.

El mandatario exigió informes de lo que se está haciendo en materia de movilidad, sobre todo en estos momentos en el que el municipio se ha visto afectado por las obras que se desarrollan en la calle 20, deprimido del paso Nacional.

En Montenegro la Alcaldía ha hecho esfuerzos para mejorar el tráfico del municipio, se demarcaron zonas de parqueo por toda la localidad, se prohibió el tránsito de vehículos pesados por la calle 19 entre carreras 8 y 10 y se exigió al Invías prohibir el tránsito de camiones de más de 2 ejes por el municipio. A pesar de estas acciones, a diario se ven camiones subiendo por la empinada pendiente de la calle 19, tractocamiones pasando por el municipio en horas de la noche y vehículos estacionados sin respetar las demarcadas zonas de estacionamiento.

Camión de más de dos ejes subiendo por la calle 19 a pesar de normas que lo prohiben

La falta de control es evidente para cualquier ciudadano que pase por el municipio, y esto obedece a la poca presencia de agentes de tránsito en la localidad, situación que incluso llevó al ahora mandatario montenegrino a plantear en su campaña antes de ser elegido, la creación de una Secretaría de Tránsito para su municipio, pero que según explicó, no ha podido adelantar debido a los fuertes costos que acarrearía el solo estudio de viabilidad de este organismo.

Salento por su parte es un municipio que en materia de movilidad parece olvidado por los dirigentes políticos del departamento, a pesar de que es el foco del turismo de esta región. Su carretera principal de acceso recibe por estos días algunas mejoras, pero la realidad es que el municipio no tiene la capacidad para albergar la cantidad de vehículos que a él ingresan.

Las iniciativas que buscan que los turistas lleguen hasta el sector de la Posada Alemana y allí dejen sus automotores para luego llegar hasta Salento y Cocora en buses o a través de un teleférico, no han tenido el apoyo de ningún dirigente y entonces toda la responsabilidad del caos recae en el Idtq y la administración municipal.

Sin embargo como ya dijimos, el Idtq no tiene más que 4 agentes en promedio para atender a los 8 municipios, con lo cual no contaría con la capacidad para cubrir las necesidades de Salento, que solo el pasado 7 de enero presentó un trancón de varios kilómetros en su vía de acceso.

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Entre tanto en Circasia, se presentan constantemente piques ilegales en el sector conocido como ‘Cola de Gurre’, sin que ningún guarda de tránsito haga presencia para controlar la situación, mientras que en los municipios coordilleranos es frecuente ver a los motociclistas sin chalecos y sin cascos, transitando por vías urbanas y rurales.

 

 

¿Y si hay un accidente?

Cuatro agentes para atender municipios tan distantes como Filandia y Génova, parece una cifra insuficiente, teniendo en cuenta que en caso de un accidente no habría personal para atender el hecho. Los desplazamientos para los pocos funcionarios disponibles son enormes. Es por eso que según exdirectores de la entidad, muchas veces han tenido que recurrir a pedir ayuda a la Policía de Tránsito y Transporte, que no puede ejercer jurisdicción sobre el territorio que cubre el Idtq, para atender casos urgentes.

La desprotección en materia de tránsito en los municipios quindianos exige medidas urgentes para reorganizar el Idtq.

Para dar un ejemplo de la preocupante situación, el pasado 10 de febrero la carrera Colombia Oro y Paz llegó al Quindío y para la misma se necesitó gran cantidad de agentes de tránsito, sobre todo en el municipio de Salento, a donde no se pudo ingresar en vehículos después de las 7:00 de la mañana. En la localidad los agentes estuvieron prestos a colaborar y dirigir el tráfico y el evento se llevó de manera ordenada, gracias a que se contó con por lo menos media docena de guardas del Idtq. Mientras estos estaban allí, los demás municipios quedaron prácticamente desprotegidos. 7 localidades del Quindío se vieron obligadas a no tener la suficiente autoridad de tránsito, a pesar de que desde la entidad se redoblaron esfuerzos por parte de los agentes para cubrir el evento.

Por fortuna no hubo accidentes qué lamentar en esa jornada en otros municipios, pero es fácil entender por qué varios alcaldes se preguntan, ¿qué hubiera pasado si en el momento de la llegada de los ciclistas, se hubieran registrado accidentes simultáneos en municipios como Pijao y Montenegro?

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Idtq mantiene la misma cantidad de agentes desde hace 15 años

De acuerdo con la directora departamental de tránsito, Gloria Mercedes Buitrago, el Quindío cuenta con una reducida nómina de agentes desde el año 2003, cuando se empezaron a crear las Secretarías de Tránsito de Armenia y Calarcá, y luego las de La Tebaida y Quimbaya.

Antes de esa fecha el organismo llegó a tener hasta 80 guardas en todo el Quindío, pero se vieron afectados, tanto presupuestalmente, como por el territorio a cubrir, debido a la creación de las mencionadas Secretarías.

La funcionaria explicó, que aunque el Idtq es una entidad descentralizada y tiene autonomía, es un organismo que tiene un control desde la Gobernación del Quindío y  para una reestructuración se requiere del permiso del Gobierno departamental por medio de ordenanzas aprobadas previamente por la Asamblea departamental.

«En el Idtq podemos crear cargos, pero no cambiar como tal la estructura de la entidad no podemos sin la previa aprobación. Y para iniciar estos trámites, debemos presentar estudios que sustenten la necesidad de ampliar la cantidad de agentes, así como la viabilidad presupuestal para realizar estos cambios», indicó la directora.

 

Hay más empleados en la parte administrativa que en las calles y carreteras

La nómina de funcionarios y contratistas del Idtq es de 33 personas, de las cuales 19 tienen cargos de oficina, 10 de ellos solo de la parte administrativa. Ante esta situación la directora dice que no hay burocracia ni cargos políticos, pues el 80% de los empleados son de planta y algunos llevan en la entidad hasta 14 años.

¿Pero cómo puede ser que haya más empleados administrativos y de oficina, que agentes de tránsito, cuando el territorio a cubrir es tan extenso?

Vale la pena decir que a los guardas los acompañan reguladores, que no tienen autoridad en materia de tránsito, y que están solo para prestar apoyo en materia de movilidad en las calles de los municipios. Los reguladores contratados este 2018 suman 4, con lo cual en las vías hay solo 18 funcionarios operativos. Aún siguen siendo menos que los administrativos, sin contar que siempre hay un agente de tránsito en labores de oficina.

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