La tarde de este sábado el Quindío despide al guardabosques Pedro José Gallego, acompañado hasta el final por su leal perrita Lulú.
En medio del silencio de las montañas que tanto amó y protegió, Pedro José Gallego González será despedido con profundo dolor en el cementerio de Filandia este sábado 21 de junio.
A su lado, como lo estuvo hasta el final, su fiel compañera Lulú: una perrita que no lo abandonó ni siquiera después de la muerte.
La desaparición del guardabosques y el rescate de Lulú
Pedro José desapareció el viernes 13 de junio mientras cumplía su labor como guardabosques de la Corporación Autónoma Regional del Quindío -CRQ- en el núcleo de conservación de Navarco, una zona agreste de Calarcá. Su último mensaje fue un llamado de auxilio desde el Alto de La Línea.
Desde ese momento, comenzó una intensa búsqueda en la que participaron organismos de socorro, autoridades y campesinos de la región.
La noche del lunes 16 de junio, campesinos lo hallaron sin vida en el bosque. A su lado, debilitada y deshidratada, permanecía Lulú, su perrita de seis años. No se movió. No lo dejó solo. La imagen conmovió a todos los rescatistas: la lealtad de un animal que pareció comprender que su dueño no regresaría, pero aún así se negó a marcharse.
El rescate del cuerpo fue liderado por el Batallón de Alta Montaña No. 5 con apoyo de la alcaldía de Calarcá y los organismos de emergencia.
Lulú fue entregada a la familia Gallego, que la recibió con lágrimas en los ojos, sabiendo que esa pequeña perra fue la última compañía de Pedro José en su travesía final.
El reconocimiento a Pedro José Gallego
Aunque nació en Herveo, Tolima, Pedro José encontró en el Quindío su misión de vida. Se enamoró de sus montañas, su gente y su biodiversidad. Por eso, sus restos fueron sepultados en Filandia, el pueblo que lo acogió y al que él le devolvió tanto desde su incansable labor como guardabosques.
La CRQ y la alcaldía de Salento expresaron su dolor por la pérdida. “Pedro José deja una huella imborrable en las montañas del Quindío”, dijo el alcalde Santiago Ángel Morales.
Hoy, mientras la naturaleza guarda un respetuoso silencio, Lulú se convierte en símbolo de fidelidad, y Pedro José, en un héroe discreto que dio su vida por proteger la tierra. Su historia no se olvidará: vivirá en los árboles que cuidó, en los senderos que caminó y en los corazones de quienes conocieron su entrega.
