Oumuamua no es un objeto normal. Mide 400 metros de largo y 50 de ancho, su superficie es rojiza y rota de manera veloz, Tiene una trayectoria caótica y su brillo cambia de manera abrupta. El extraño objeto se mueve a más de 315 mil kilómetros por hora y es un viajero interestelar, pues se comprobó que no se formó en este sistema solar, si no que viene de otro sistema cercano.
Quienes lo observaron primero, los astrónomos del sistema de sondeo continuo Pan STARRS, de la Universidad de Hawai, le pusieron su nombre, Oumuamua, que significa «mensajero de lejos que llega primero» en hawaiano.
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En un inicio, la discusión sobre qué era tuvo dos respuestas posibles: un cometa o un asteroide. «Probamos muchas alternativas plausibles y la más factible es que Oumuamua debe ser un cometa y que los gases que emanan de su superficie están causando las pequeñas variaciones en su trayectoria», indicó en su momento David Farnochhia, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
Sin embargo, un nuevo estudio del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian dice que Oumuamua pudo surgir por un proceso natural «aún desconocido en el espacio interestelar [ISM, por sus siglas en inglés] o en discos proto-planetarios».
Pero otra opción que contemplan es que su origen, quizá, sea «artificial».Los astrónomos Shmuel Bialy y Abraham Loeb, autores del nuevo estudio publicado en la revista Astrophysical Journal Letters, explican que «‘Oumuamua puede ser una sonda totalmente operacional enviada de manera intencional a las proximidades de la Tierra por una civilización alienígena».
O puede tratarse también de «un resto de un equipo tecnológico avanzado», en específico una vela solar, una dispositivo que se propulsa por la radiación solar o el plasma del viento solar.
Bialy y Loeb llegan a esta conclusión por la alta velocidad y trayectoria inusuales que los telescopios lograron captar de Oumuamua durante las tres noches que duró su avistamiento. Cabe decir que fue visto por última vez a principios de 2018 y que no volverá a ser avistado pues por su velocidad logró escapar de la gravedad del sol.
«Este es el primer objeto descubierto que se originó fuera del Sistema Solar. Desde su descubrimiento Oumuamua ha mostrado características inusuales, eso lo hacen un objeto raro, perteneciente a una clase de objeto no vista antes», le dijo Loeb a la BBC.
Loeb compara a Oumuamua con velas solares creadas por nuestra civilización, como ‘Ikaros’, la primera sonda interplanetaria impulsada con una vela solar, lanzada por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA, por sus siglas en inglés) en 2010 con destino al planeta Venus.
«Si (Oumuamua) forma parte de una colección de objetos, tiene que haber más que descubriremos en el futuro. Solo una fracción de los objetos interestelares serán restos tecnológicos de una civilización alienígena. Pero hemos de examinar cualquier cosa que entre el Sistema Solar desde el espacio interestelar para conocer la verdadera naturaleza de Oumuamua o de otros objetos misteriosos», señaló el científico.
Entre tanto algunos científicos como Alan Jackson, miembro del Centro de Ciencias Planetarias de la Universidad de Toronto dijeron que el estudio carece claramente de pruebas y es defectuoso. «Si se tratara de una nave en funcionamiento tendría un recorrido mucho más suave y una aceleración evidentemente impulsada por la radiación, y en el caso de que estuviera dañada, estaría mucho más influido por las fuerzas de radiación de lo que se ve», afirma el experto.
Con información de: www.msn.com
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