El café ya es oficialmente la bebida nacional de Colombia. Familias cafeteras tendrán beneficios con nueva Ley aprobada en el Congreso.
En una decisión histórica para el país, la Cámara de Representantes aprobó en plenaria el Proyecto de Ley 358 de 2024, que declara oficialmente al café como la bebida nacional de Colombia.
La iniciativa, liderada por la representante liberal del Quindío, Sandra Bibiana Aristizábal, busca reconocer el papel central que ha jugado el café en la identidad, cultura y economía del país.
¿Qué contempla el proyecto?
Bajo el título “Por medio del cual se promueve el bienestar del sector cafetero colombiano y se dictan otras disposiciones”, el proyecto tiene tres componentes fundamentales:
Declarar el café como bebida nacional
El café es reconocido por su valor histórico, económico, social y cultural, consolidándose como símbolo de la identidad colombiana y orgullo nacional.
Creación del programa “Quiero a los Cafeteros”
Se autoriza al Gobierno Nacional a implementar un sistema de donación voluntaria por parte de los consumidores de café (hasta un 20 % del valor del producto). Estos recursos serán destinados al Fondo para la Vejez de los Cafeteros, administrado por la Federación Nacional de Cafeteros o una entidad parafiscal habilitada.
Fomento del consumo interno
El proyecto establece que entidades públicas nacionales, departamentales y municipales deberán promover el consumo interno del café colombiano y favorecer su compra a través de estrategias que prioricen a pequeños productores rurales, mujeres, emprendedores e indígenas, en línea con la Ley 816 de 2003.
También se contempla la posibilidad de incluir el café en programas de alimentación escolar y del adulto mayor, siempre que exista viabilidad nutricional, evaluada por el ministerio de Salud.
Educación con aroma a café
La ley también faculta a los ministerios de Educación y Agricultura para incorporar en el currículo escolar una cátedra obligatoria sobre el sector agropecuario.
En regiones cafeteras, esta asignatura deberá enfocarse en la cultura cafetera, como una forma de fortalecer el arraigo y la identidad territorial desde la infancia.
El Gobierno Nacional tendrá un plazo de seis meses para reglamentar la ley y poner en marcha sus disposiciones. La implementación se realizará en articulación con los actores del sector cafetero, autoridades locales y la sociedad civil.
