Los taxistas colombianos protestaron este miércoles 10 de mayo de 2017 contra diferentes situaciones como la piratería en el transporte público, la falta de control de las autoridades y la ilegalidad del servicio prestado por Uber o Cabify.
En este sentido muchos periodistas y políticos en Colombia han querido centrar el debate en el simple hecho de que Uber presta un mejor servicio que los taxistas y por eso hay qué defender a esta multinacional, sin importar que sea ilegal.
Entre tanto los taxistas de las grandes ciudades, y los de ciudades intermedias que se unieron en apoyo a sus colegas, no piden que Uber no pueda operar y mucho menor que el gobierno cierre la plataforma que opera a través de smartphones. Lo que piden los taxistas es que Uber se legalice y opere en igualdad de condiciones, es decir cumpliendo con toda la normatividad impuesta a cualquier vehículo de servicio público, bien sea taxi, bus o buseta.
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En Colombia para prestar el servicio de transporte público se debe estar afiliado a una empresa legalmente constituida. Uber no lo está y por ende no paga impuestos como todas las demás del sector transporte. Los taxistas piden que autoridades como la DIAN y la Superintendencia de industria y Comercio apliquen a Uber todo el rigor que ya les aplican a los taxis y los buses de servicio público, y de esta manera poder competir en igualdad de condiciones.
Si Uber se legaliza la pelea debe cesar y el ganador será el pueblo colombiano que tendrá una nueva empresa tributando para el desarrollo de todo el país y podrá escoger entre un servicio de lujo más costoso, o un servicio más económico pero con menos suntuosidad. Ahí sí serán los taxistas quienes deberán mejorar su servicio para competir con posibilidades y no como pasa ahora que compiten contra una empresa que ni siquiera tiene cargas tributarias como las de los amarillos.
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