La situación que afronta hoy el programa de Artes Visuales, de la Universidad del Quindío, es la crónica de una muerte anunciada. Debido a los problemas en seguridad, transporte y acceso a la vereda donde se dictan los talleres artísticos, a los estudiantes les toca día a día afrontar situaciones que han sido denunciadas desde 2016.
En aquel año se realizó una asamblea permanente con el objetivo de exigir espacios adecuados dentro de la universidad para realizar sus actividades, pero hasta el día de hoy siguen sin solución.
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El alma mater no cuenta con los espacios físicos necesarios para los talleres artísticos que requieren los estudiantes de Artes Visuales, motivo por el cual realizó un convenio con San Juan Bosco (Ubicado en la Vereda San Juan de Carolina a un kilómetro de la Avenida Centenario) para poder brindar las locaciones necesarias. Esto conllevó a una serie de inconvenientes que van desde los gastos que se deben asumir para desplazarse hacia el sector, diariamente son $3.600 y mensualmente son al menos $15.000; los problemas en transporte pues para ese sector solo pasa una ruta, en horarios de 6:30 a.m., 7 a.m., 12 m. y 5 p.m., por lo que quien no use esas rutas en dichos horarios debe caminar o trasladarse en motocicleta o automóvil.
Actualmente, el sector ha sido blanco de robos, atracos, acoso a las estudiantes y docentes e incluso un intento de violación, convirtiéndose en una situación de extrema preocupación para el programa de artes visuales. Por lo que se hace la exigencia de prontas soluciones, ya que la universidad está en la obligación de garantizar a sus estudiantes los espacios adecuados para su ejercicio académico, acorde con la calidad y formación integral. Es un compromiso adquirido con quienes hoy pagan más de medio millón de pesos de matrícula ¡cómo mínimo!
¿Qué está esperando la Universidad del Quindío que suceda antes de dar soluciones reales a la situación?
A continuación, presentamos un testimonio de una estudiante de Artes Visuales:
“Los estudiantes de Artes visuales hemos realizado diversas manifestaciones ante el tema y lo único que hemos recibido han sido soluciones temporales, la problemática no se ha atacado de raíz.
En la zona San Juan Bosco, durante el periodo de inicio del contrato con esa institución. y hasta la fecha, la movilización de los mismos hacia estos espacios se ha convertido en un gran dolor de cabeza. Desde los restringidos horarios que impiden el acceso a esa zona, hasta la vulneración de nuestra seguridad y esto teniendo en cuenta que no solo es una situación que afecte a los estudiantes, sino también a los habitantes de los alrededores, quienes experimentan esta misma sensación.
El acontecimiento más reciente fue el intento de abuso que padeció una estudiante que iba de camino al plantel, y por si fuera poco unas semanas después una de las habitantes del sector fue atracada en su propia casa donde también funciona una pequeña tienda, la única para el sector.
Estos 2 acontecimientos, que por fortuna no comprometieron la vida de ninguna de sus víctimas, fueron las mayores alarmas para que los estudiantes determináramos una posición decisiva al respecto.
Diariamente muchas estudiantes del programa se desplazan a esta zona y tienen que recorrer el mismo tramo hacía el plantel, muchos de nuestros compañeros aún son menores de edad y la universidad cuenta con estudiantes de intercambio que a la fecha se desplazan por la misma zona. Hemos acudido a instituciones como la policía quienes nos han respondido que no pueden hacer nada al respecto, ya que ese tramo es jurisdicción del municipio de Salento, nadie nos resuelve nada.
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Nuestra universidad es una de las públicas más caras del país. Algunos estudiantes como yo, que somos graduados de colegios privados pagamos matriculas similares a las de universidades privadas de la ciudad. Es un derecho que podamos asistir cómodos y tranquilos a nuestras clases. Es por esto que tomamos la decisión de hacer esta situación publica a la ciudadanía e invitarlos a que nos ayuden a difundir esta información y a que recordemos en un momento tan importante como el que vive el país, nuestra justicia debe cambiar, los estudiantes no queremos esperar a ver a ninguno de nuestros compañeros pasar por situaciones peores para que la universidad resuelva algo.
Nosotros los estudiantes queremos creer que en un país donde todos los días se comenten miles de atrocidades aún podemos contribuir con nuestra voz a prevenir algunas”.
Escrito por: Daniela Hoyos Osorio, estudiante; y Daniela Peña Vergara, representante estudiantil Ante el Consejo de Facultad de Ciencias Humanas y Bellas Artes.
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