Saltar al contenido

No más cobro por reconexión de servicios públicos

En ocasiones las familias se quedan cortas con su dinero y no les alcanza para cubrir todos los gastos mensuales de los hogares. Algunas optan por esperar para pagar la luz, el agua o el gas, porque sus ingresos apenas alcanzan para la comida.

Es ahí cuando las empresas prestadoras de servicios públicos deciden cortar el servicio por mora en el pago, y luego, cuando la familia reúne el dinero para pagar, se encuentra con que ya no es suficiente con lo que debían, sino que además tienen que pagar el costo de la reconexión, que en ocasiones supera los 30 mil pesos.

Pues estos cobros usureros de reconexión ya no podrán hacerlos ninguna de las empresas de servicios públicos del país, a familias de estratos 1, 2 y 3, gracias a un proyecto de Ley que ya fue aprobado en el Congreso y que solo espera la sanción presidencial.

Lea también: “Reforma Tributaria es contra los pobres de Colombia”: Senador Robledo“Reforma Tributaria es contra los pobres de Colombia”: Senador Robledo

Según se detalla en el proyecto, solo se será exonerado del cobro de reconexión o reinstalación cuando la causa de la suspensión o el corte del servicio haya sido exclusivamente la mora en el pago de las facturas. Adicionalmente, la ley establece que el restablecimiento del servicio deberá hacerse dentro de las 24 horas siguientes a que el usuario haya pagado lo que adeudaba.

El autor de la iniciativa, el senador Lidio García Turbay (Partido Liberal), explicó que la ley pretende aliviar la carga económica de los hogares de los estratos más bajos, evitando también los abusos y arbitrariedades de las compañías de servicios.

“Aquí a nosotros los senadores nos cortan un servicio domiciliario porque se nos olvida pagar un recibo, pero a toda la gente del estrato 1, 2 y 3 se lo cortan porque no tienen con qué pagar un recibo de la luz, un recibo del gas y tiene que coger muchas veces la plata de la comida para pagar los recibos”, argumentó García en cita publicada por el diario El Espectador.

 

Compartir en: