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Estampida de cubanos rumbo a la peligrosa selva chocoana

La decepción, la ansiedad y el pánico son tres de los sentimientos que tienen entre pecho y espalda cada uno de los inmigrantes cubanos que permanecen aún en el único albergue que hay en Turbo (Antioquia).

Sentimientos que comparten, eso sí, con los otros tantos isleños que vagan o se esconden por allí y por allá en esta población ribereña del Golfo de Urabá que sufre una crisis humanitaria sin precedentes por cuenta de la inmigración ilegal que se acrecentó cuando el gobierno de Panamá decidió echar cerrojo a la frontera en pasado 9 de mayo y dejar a los ilegales que se buscaran la vida como pudieran en suelo colombiano, su última estación de paso antes de llegar al istmo.

Y es que el plan de choque anunciado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, ejecutado sobre el terreno por Migración Colombia, la Policía Nacional, el Ejército y demás autoridades, los tiene contra la pared. Todo a empeorado. Ya se deportó a 16 extranjeros, 13 de ellos cubanos.

Tanto ha empeorado que una mayoría –dicen- ha decidido tomar la peor de las decisiones pero casi la única que les queda: lanzarse a la peligrosa selva que separa a este país de Panamá para evadir la más que segura deportación desde Colombia, como mínimo, a Ecuador o en el peor de los casos para Cuba, la isla de la que salieron y a la que jamás quieren volver en tanto la miseria y la opresión sea la constante en amplias franjas de la población.

Personas mayores, niños, mujeres embarazadas y otras personas ya barajan la manera de salirse del albergue y pegar para Sapzurro (Chocó) y de allí intentar ganar suelo panameño. Una travesía demencial que por peligrosa no dejan de considerar como la opción más adecuada. No tienen, todo parece indicar, otra salida.

Para la mayoría soplan vientos huracanados. Pero solo a una persona, por lo pronto, la suerte le sonrió.

Se llama Aiderelis Ofarril Alonso. Una mujer que a sus 27 años acaba de dar a luz su hijo Aidermel en el Hospital de Turbo. Tal hecho le ha abierto las puertas del país ya que el menor tendrá la nacionalidad colombiana y, a su vez, permitirá que sus padres no sean deportados. Migración Colombia ya les dijo.

Caso contrario al de Heidy Almerán que saldrá del albergue en breve con sus pequeños hijos cubanos y el resto de su familia para recorrer el difícil Tapón del Darién. Sabe que las autoridades colombianas les pisan los talones y partirá, sí o sí, para intentar alcanzar su sueño americano, ese aún más lejano sueño por la decisión que tomará el gobierno colombiano de deportar en vez de facilitar que los inmigrantes sigan su ya de por sí tortuoso camino.

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Equipo de enviados especiales de la AGENCIA DE NOTICIAS  RPTV:
Periodista: Daniel Muñoz Arias /  Twitter: @danielmuñoz
Edición y Cámara: Juan Camilo Barrios  Twitter: @juacamilobarrios
En Bogotá:
Redacción y concepto periodístico: Héctor Sarasti  /  Twitter:@hectorsarasti

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